Aprendiendo a aprender para mejorar el conocimiento personal y la comunicación

Claudia Braatz

Niccolò, un joven estudiante, me mira con sus ojos grandes y curiosos, escuchando atentamente mi explicación sobre el paso de informaciones de la memoria de corto a largo plazo, los ritmos y pausas de los momentos de aprendizaje y la necesidad de rever varias veces lo que estudiamos. Al final, Niccolò me dice: “Lo que muchas veces hacemos esta totalmente errado”. No, no está todo errado. Hay muchos estudios y hábitos de memorización que son muy eficientes. Eso nos desgasta. Perdemos nuestra concentración, nos aburre y nos hace más cansado. Entonces ¿Cuál es el secreto de un método eficiente de aprendizaje? Cuando buscamos los mecanismos individuales que determinan el aprendizaje, nos damos cuenta que es un proceso muy complejo y delicado, y que varios factores deben tenerse en cuenta: aprendemos más rápido y memorizamos más fácilmente.

VAMOS OBSERVAR ALGUNOS FACTORES INDIVIDUALES. El primero se refiere a las necesidades fisiológicas básicas: respetar el tiempo adecuado de reposo de su cuerpo, de su mente y una dieta adecuada eran preceptos que los antiguos romanos y griegos recomendaban en aquella época (“mens sana in corpore sano”). La calidad del ambiente, mantener una buena postura, respetar la alternación correcta entre el tiempo dedicado al aprendizaje y al reposo también juegan un papel importante. Esto puede ser algo trivial, pero, a menudo, algunos pequeños cambios en nuestros hábitos son suficientes para producir cambios positivos.

El segundo elemento importante es saber cuál es su canal preferido de aprendizaje. Las teorías de programación neurolingüística (PNL) distinguen tres tipos diferentes de canales: visual, auditivo y cenestésico. Normalmente, tenemos una preferencia por uno de ellos, o dos como máximo, cuando aprendemos algo nuevo. Recorrer a nuestro canal favorito se lleva naturalmente y, en situaciones de estrés o cuando tenemos poco tiempo para aprender algo nuevo, representa una opción rápida y útil. Pero si aprendemos a fortalecer también los otros canales y a “jugar” con los diferentes enfoques, entonces, nuestro desempeño mejora. Un individuo de tipo “visual” necesita de soporte gráfico en una pizarra o pantalla: él tiene dificultades de memorizar lo que acaba de oír, por ejemplo, en una conferencia. Para un individuo auditivo, oír y relacionarse verbalmente con los demás es su perfecto método de memorización. Sin embargo, para el individuo de tipo cenestésico aprende haciendo, por ejemplo, anotaciones. Yo estaba dando clases de alemán al director de una empresa cenestésica. Usé un portapapeles con hojas de papel como soporte y entregaba a él esas anotaciones al final de cada clase. A pesar de eso, aunque haya tardado un poco más tiempo, él siempre me decía “Yo mismo tengo que hacer las anotaciones para memorizar mejor.” Y era verdad.

TÉCNICAS MNEMÓNICA el tercer factor se refiere a las técnicas mnemónicas. Son técnicas específicas para mejorar la memoria. En los primeros campeonatos del mundo en la década de 90 organizados por el consultor educacional británico Tony Buzan, esas técnicas han presenciado una difusión más amplia, aunque algunas de ellas datan de varios siglos. La técnica empleada por los antiguos griegos, el ‘loci’, que asocia los elementos a ser recordados los locales físicos específicos, ayuda a memorizar informaciones en secuencia, por ejemplo, un determinado procedimiento que siempre debe ser ejecutado de la misma manera. Las visualizaciones son siempre útiles para recordar nombres, palabras y términos específicos. Estas facilitan recordar el nombre de un nuevo empleado en el trabajo, el orador de una conferencia que acabamos de asistir o un nuevo producto con un nombre difícil de pronunciar. La transcripción fonética permite recordar ‘filas’ de números sin cometer un error gracias a su traducción en palabras.

TAMBIÉN EXISTE LA TÉCNICA DE MAPAS MENTALES que, además de memorizar un contenido elaborado, es útil para transformar las tormenta de ideas en un método visual, hacer anotaciones sin interrumpir el proceso de audición. También sustituyen las listas de artículos de manera más eficiente: ponen las ideas en orden y ayudan a distribuir competencias y funciones. Los mapas mentales son representaciones gráficas en los cuales los conceptos complejos y articulados son ramificados en jerarquías, que facilitan la memorización visual y también la posibilidad de recordarlos. Para construirlos, comenzamos a escribir el tema principal en el centro de la hoja de papel. Dando continuidad con ramificaciones y círculos concéntricos, unidos los elementos correlacionados de importancia reducida en sentido de la periferia de la hoja. De esa manera, podemos asimilar, a primera vista, las diferentes partes de la pregunta, sus relaciones y su importancia. Una directora de ventas, después de haber insertado su trabajo “en el mapa”, se dio cuenta de cómo podría distribuir mejor las áreas de competencias entre sus empleados y descubrir nuevas conexiones dentro de las actividades que ella misma desempeña. Prácticamente, el mapa le ayudó a “averiguar” soluciones que ella ya sabía que existían, pero que la representación gráfica lo demostró. Tony Buzan, en 2012, escribió en la introducción de su libro “mapas mentales para los negocios”: “con el propósito de mejorar nuestros métodos de trabajo y conducir los negocios y para hacerlos más eficientes, tenemos que hacer interminables “fracciones” de informaciones en algo significativo. En otras palabras, tenemos que usar nuestra inteligencia para procesar las informaciones. Para eso, tenemos que saber usar nuestro cerebro de manera eficiente usando nuestra memoria, pensar de manera creativa - y ahí es donde entran los mapas mentales.” (Tony Buzan / Chris Griffiths: Mind Maps for Business, 2012)

MAPAS MENTALES SON CONVENIENTES EN DIVERSOS ESCENARIOS. Giulia, que está en el segundo año de la universidad, vino a conversar un lunes por la mañana para tomar el examen de identificación de su canal preferido. Ella me dijo que tenía un examen al día siguiente y pensaba que sacaría una nota baja porque tenía sólo 15 días para estudiar cuatro libros. Como ella tiene poco tiempo, hemos decidimos aplazar la prueba para el otro día y empezar inmediatamente una mapeo mental. Yo le explique la construcción y el uso de mapas mentales y le brinde consejos prácticos de cómo gastar el resto del día. En aquella tarde, en casa, Giulia construyó cuatro mapas, uno para cada libro. Luego la colgó, comparado y memorizó todos ellos. En aquella noche, ella tuvo el cuidado de no cansar demasiado su cerebro y relajarse tanto como sea posible. A la mañana siguiente, acudió al evento, sintiéndose un poco escéptica. Ella hizo 24 de los 30 puntos. Al leer los libros, ella ya los había estudiado sin darse cuenta y los mapas mentales sirven para aclarar mejor las informaciones porque ya estaban en su cerebro.

SILVIA TRABAJA COMO CORRECTORA DE SEGUROS HACE MÁS DE 25 AÑOS. Por diversas razones, ella decidió convertirse en una correctora autónoma y amplió su cartera de pólizas junto con los de otras empresas.

Ahora, ella necesita memorizar esas nuevas pólizas de seguro y comenzar a trabajar inmediatamente con los mapas mentales. Cuando ella llegó a la segunda clase, dice: “¡Este método es genial! Al principio, yo quería construir un mapa completo para cada póliza de seguro, pero luego me di cuenta que era mucho mejor anotar sólo las diferencias, porque yo tengo un conocimiento un tanto profundo sobre el tema.

Con los mapas, veo todo a primera vista y cuando escribo las cosas, veo factores que no eran totalmente obvios para mí antes.” Piero es un vendedor que usa mapas mentales para hacer anotaciones durante cursos de entrenamiento: “antes, era un caos total de flechas, asteriscos y borraduras. Con los mapas, yo no tengo miedo de saltar de un asunto a otro; no me pierdo más y puedo añadir detalles más adelante.”

MAPAS MENTALES SON UN INSTRUMENTO MUY VERSÁTIL. Su estructura simple y abierta es fácil de aprender. Ellos ejercitan el uso de la imaginación, que es la raíz de todas las habilidades para resolver problemas. En la era digital que vivimos, puede retirar el material relevante de una gran cantidad de informaciones. Para estudiar bien, deberíamos variar nuestras técnicas. Variándolas nos lleva a procesos menos pesados. En los casos más exitosos, nos lleva a los años preescolares, cuando aprendíamos a jugar.

UNA VEZ QUE LOS MAPAS SON PRODUCIDOS, junto con las visualizaciones y otros soportes mentales, debemos transferir las informaciones adquiridas de la memoria de corto para largo plazo. Bien equipados de esta manera, estamos listos para entrar en el círculo virtuoso de la concentración – memoria - relajación.

Si yo estoy bien concentrado, trabajo mejor; mi rendimiento aumenta y nuevas informaciones serán fácilmente grabadas en mi memoria. Yo conseguiré recordar las informaciones almacenadas cuando las necesito de ellas. Eso me relaja y una relajación profunda produce una concentración más alta que, a su vez, me ayuda a recordar mejor y más rápido.

Si mi concentración inicial es muy baja, debe fomentarse el interés y el contenido del proceso de entrenamiento debe conectarse mejor a la situación de la vida real de lo que se aprende. Si la concentración es “muy alta”, es decir, cuando hay demasiada agitación, ella debe ser reducida, y debemos retornar al punto de partida: el famoso flujo. Este término, fue denominado por el psicólogo Húngaro Mihaly Csikszentmihalyi en 1975, denota atención continua, foco en la meta, motivación intrínseca. Un estado de satisfacción en donde estamos totalmente absorbidos por la tarea hasta que hasta nos olvidamos de nuestras necesidades fisiológicas. Con un poco de ejercicio, podemos aprender cómo lograr y mantener este estado muy provechoso de la concentración. *

Para más información sobre los mapas mentales, usted puede ponerse en contacto con Claudia Braatz, especialista en técnicas e instrumentos de aprendizaje para mejorar la eficiencia de la comunicación en técnicas de memorización, mapas mentales y métodos de aprendizaje.

claudia.ina.braatz@gmail.com